La familia es el primer espacio de socializacion de los niños y es a su vez, el nexo de union entre las diferentes instituciones educativas en la que participan, incluyendo las mas importantes de ella como puede ser una escuela o un establecimiento publico o privado
A continuación se presentan los principales resultados de un estudio realizado por el
Centro de Información y Educación para la Prevención de Abuso de Drogas (CEDRO), con la
finalidad de contribuir a la elaboración de un perfil básico de la población de niñas, niños y
adolescentes en situación de calle de la ciudad de Lima, cuyo número bordearía
aproximadamente los 1200 casos según reportes de los educadores que trabajan en la calle, y
800 que ya viven en diferentes instituciones.
Para esto se empleó una metodología cualitativa, donde se realizó 7 grupos focales,
cinco con varones y 2 con mujeres; haciendo un total de 33 niñas, niños y adolescentes en
situación de calle que viven actualmente en las Casa Hogares.
En base a la interpretación de sus vivencias, se indagó sobre los factores más
importantes que determinan la expulsión de los niños de sus familias de origen, sus principales
experiencias de la vida en calle; y por último, las experiencias respecto al consumo de drogas
y la vida sexual en ese contexto.
En relación a los factores familiares de expulsión de los niños y adolescentes, la
familia reconstituida sigue siendo el principal tipo de familia que expulsa a niños y
adolescentes hacia la calle, es decir familias donde uno de los padres ya divorciados asume
una nueva relación conyugal trayendo nuevos hijos a este nuevo compromiso.
Asimismo, estas familias reconstituidas, se caracterizan por ser disfuncionales; es decir
muestran altos índices de violencia familiar, expresadas en el maltrato físico y psicológico, por
parte de los padres; seguido del acoso y abuso sexual especialmente por parte de los
padrastros.
El descuido y el abandono de los padres con respecto a sus hijos, es otra característica
de las familias de estos niños. Padres que dejan solos a sus hijos y no les brindan una
atención adecuada para un buen desarrollo físico, psicológico, emocional y social. Y por otro
lado, algunos padres exponen a sus hijos a muy temprana edad a la experiencia de calle, a
quienes dejan trabajando solos expuestos a los riesgos que ello implica.
Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas 2
Respecto a la dinámica de la vida en calle de esta población, se aprecia cambios
importantes. En primer lugar se observa una mayor concentración de niñas, niños y
adolescentes en situación de calle en los conos de la ciudad, respecto al centro de Lima.
La
concentración se da mayoritariamente en zonas como Canto Grande en San Juan de
Lurigancho, Huaycán en Ate, el parque zonal y “la chanchería” en Villa el Salvador, y en el
Centro comercial de la Panamericana Norte.
En segundo lugar, hoy existen familias completas que han hecho de la calle su hábitat,
familias cuyos padres han sido niñas o niños en situación de calle y que hoy en tienen hijos
que viven bajo la misma condición y sin lugar de permanencia fija, alquilando cuartos de hotel
para pasar la noche; se las podría llamar “familias en situación de calle”.
En tercer lugar, las nuevas estrategias de supervivencia de estos niños y adolescentes
han cambiado; los pocos que permanecen en el centro de Lima y los que tienen más
permanencia en la calle, se resisten a ingresar a alguna institución y prefieren alquilar cuartos
de hoteles para poder establecerse y sobre todo para pasar la noche. Aquellos que se
concentran en los conos de Lima, forman ciertas redes de soporte, juntándose con pandilleros,
delincuentes y drogadictos, permaneciendo de esa manera en sus barrios pero con muy
escaso vínculo familiar.
En cuarto lugar, existe un mayor acceso de estos chicos al Internet, para acceder
fundamentalmente a páginas pornográficas.
Respecto a la experiencia del consumo de drogas, se aprecia que entre los niños y
adolescentes en situación de calle la sustancia más consumida sigue siendo el pegamento
llamado “terokal”, con un 54%, seguido por la marihuana y la pasta básica de cocaína con un
33% y 24% respectivamente cuyo consumo se ha incrementado considerablemente en
relación a los años anteriores. Un estudio realizado por CEDRO en 1997 señalaba que el
consumo de marihuana y de PBC en esta población era del 14,8% y de 9,8% respectivamente.
El incremento del consumo de PBC en esta población se debe a su bajo precio y gran cantidad
de puntos de distribución.
En relación al desarrollo de la sexualidad de las niñas, niños y adolescentes en
situación de calle, se produce una distorsión debido a la exposición a experiencias sexuales
inapropiadas, respecto a momentos, personas, formas y/o circunstancias. En esta línea se
reporta la iniciación temprana en la vida sexual, en algunos casos con personas adultas y/o
prostitutas, con presencia frecuente de relaciones homosexuales, involucramiento en cadenas
de prostitución, aún casos de embarazo precoz que tiñen la pubertad y adolescencia de estos
chicos.
A pesar de la corta edad de estos chicos, se ha observado que las mujeres están mejor
informadas y tienen un mayor uso de los métodos de protección, tal vez debido a que se
perciben más expuestas a abusos sexuales por parte de sus parejas o pares de grupo en la
calle, con el riesgo de resultar embarazadas o contraer alguna enfermedad. Sin embargo, en
las adolescentes aún se dan casos de embarazo, a pesar que muchas conocen y utilizan
métodos de protección, al parecer la relación drogas y sexo es un factor que determina el
embarazo precoz.
Ante esta problemática, CEDRO propone un trabajo interinstitucional que aborde de
manera conjunta el problema de estos chicos que viven en la calle, involucrando al Estado, a
los gobiernos locales, a las organizaciones de la sociedad civil y a otras ONGs.
La formación de unidades comunitarias de Prevención del maltrato y del abuso sexual
en las zonas de donde provienen estos chicos, podría ser una alternativa que permita orientar
mejor a los padres y crear condiciones para una mejor forma de vida en familia y en sociedad;
y de esta manera impida que estos niños y adolescentes salgan expulsados de sus familias.
